CUANDO PIERDA YO LA RAZÓN
Hoy, ya que estoy presente con mis plenas facultades mentales,
dejo asentada mi voluntad, en razonamiento temprano,
que si pierdo algún día la razón, en un futuro cercano,
me recuerden como a un loco, con sus razonamientos geniales.
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Tratando de no pecar de falsa modestia o de orgullo, ni ego,
solo pretendo, apenas, justificar mis razones pasadas,
cuando critiqué una y mil veces aquellas conductas erradas
de tantos patanes idiotas, de los cuales, hoy, yo reniego.
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Y cuando ya -viejo, loco, enfermo y senil- no esté en mis cabales,
quisiera que me recuerden como aquel hombre que -como tantos-
soñó con un mundo perfecto, el que, pobre, con tantos quebrantos,
ha sido arruinado por los tontos que se creen inmortales.
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Cuando pierda yo la razón y ella no sienta más lo que siente...
cuando la pena olvide, cuando no me queje más de mi hermano...
en mis desvaríos seré más feliz y seré, yo, el Humano,
con ilusión de Humanidad más humana, en futuro y presente.
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Cuerdo en mente, con espíritu sano y corazón palpitante,
que sigo pensando y practicando mis ejercicios mentales,
de los cuales soy crítico en mis pensamientos más informales,
me hago cargo de mis opiniones, en los actuales instantes .
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Cuando pierda yo la Razón, como hoja seca -que no es el fin-,
que es abono de nueva Vida, según se mire, es el Principio,
causa y efecto, en un torbellino, la Razón no es desperdicio,
y, al renacer, la Sinrazón es frontera, un lejano confín.
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Eduardo Faucheux
12-03-2015