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Teresa guíanos hacía Dios

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Mujer porque guías a estos hombres

Que llevan las armas de la caridad,

La azucena de las virtudes

Y olor fragante de los enamorados.

 

Mujer llevas el pecho herido,

Ensangrentado de Amor

Y refulgente de paz

Por el dardo encendido

Del Amor que traspasa el amor

Entre tus entrañas.

 

Mujer, llevas a estos hombres

A Aquél que te traspasó

Y te hirió cuando salió a cazar

En los bosques

Plantados por su amor.

 

Oh tres entre tus dedos al Sol,

Entre tus mejillas la miel dulce

Del panal que del árbol colgaba.

 

Mujer que rezongonas la vida,

La apremias con el candor de Dios.

 

¿Por qué estos hombres te persiguen

Llevando sus corazones descubiertos

Por el Amor?

 

Oh la flecha les ha traspasado

Y ha encendido su corazón de cristal

Y ahora refleja al Esposo

Y llamarea el corazón encendido

Por las rosas y guirnaldas

De las virtudes.

 

Digan hombres justos,

Digan hombres descalzos

Y llenos del rocío de las gracias

Y llenos de los amores encendidos

Y llenos de las frutas

Que manan del monte santo.

 

La pobreza ha salido a su encuentro,

La caridad ha llevado los lienzos

Para escribir en ellos

Sólo lo que apetece al alma,

Sólo la caridad podía hacer

Llamear sus corazones

Encendidos por el carbón

De los querubes.

 

¡Oh la palma santa!

¡Oh el pan de la caridad!

¡Oh la morada de la paciencia!

¡Oh el rollo de los doctos

Y de la enseñanza de los humildes,

Y el elevado espíritu

De la contemplación

Que vuela como palómica

Hacía las riberas y peñascos

Del corazón del Amado!

 

Mujer, ¿a dónde vas con tanta prisa?

 

Ellos corren tras de ti y vuelan

Con las alas del Amado

Y ríen en el soliloquio

Del Amor.

 

Hombres díganme

Porque van tras ella,

Díganme por qué corren

En los esbeltos montes

Y porque no miran

En las riberas

Si hay peligro.

 

Somos forasteros,

Vamos a la patria verdadera;

Vamos al lugar que hemos deseado

Y llevamos las armas

Del Esposo para encender

En el cosmo el amor,

La paz y la sabiduría.

 

Seguimos a Ella

Porque es nuestra Madre,

Vamos corriendo porque Ella

Vuela a paso gigante;

El tiempo muere y la vida florece.

 

Mujer que les has enseñado,
has pretendido conseguir algo

Y a donde vas con estos hombres.

 

Voy donde el Cazador,

Voy donde la vida florece continuamente,

Voy donde la muerte en el tiempo

Se ha quedado

Y donde el Esposo puede curarlos

De sus heridas de Amor para siempre.

 

Oh Madre Teresa somos tus hijos

Enséñanos a Él y llévanos al festín

Que el Amado ha preparado para nosotros,

Hemos recorrido cada una de nuestras

Habitaciones y queremos ya descansar.

 

Miren ahí está,

Ahí está,

Vengan y subamos

Al monte de la perfección

Y unámonos con el Esposo,

Para comenzar el diálogo

De amistad que nunca ha acaba.

 

Madre ya lo vemos a Él,

Nos ha dado la mano

Y ahí viviremos eternamente

Junto a usted y con El.

Y diremos juntos,

Oh Madre Teresa:

¡Para vos nací!