anbel

Mens sāna in corpore sānō

¡Qué pena me dais!

Esclavos del cuerpo nada más.

Horas y horas de gimnasio

para luchar contra lo inevitable y natural.

El tiempo pasa y lo hay que aceptar

hay que envejecer con dignidad.

Narcisistas del músculo

adictos al quirófano

a las prótesis y la silicona…

Débiles de carácter

que no aceptan su cuerpo ni su persona…

Tiempo desperdiciado

fortaleciendo el músculo

y olvidándose de la mente y el espíritu

¡Qué pena pasar tanto tiempo en un gimnasio…!

Barbies recauchutadas

Geypermans siliconados

Ellas se ponen tetas,nalgas

y se someten a incontables liposucciones,

Ellos pectorales, gemelos

y se alargan miembros…

Labios deformados

que grima da mirarlos,

al rechazar lo implantado

¿Pero a donde  estamos llegando?

¡Qué triste no aceptarnos!

Caras hinchadas, acortisonadas

sometidas a septoplastias

Botox y otras salvajadas…

Facies amímicas

todas iguales

carentes de expresividad

y gestualidad naturales…

obras de profesionales

carentes de ética y moral

a los que solo les interesa

la pasta fácil de ganar,

prometiendo caras

de artistas, modelos

y olvidándose de la persona

a la que van a estropear…

¡A donde vamos a llegar!

¡Somos personas

y no un cuerpo nada más!.

Y sin embargo de leer  un libro

nada de nada…

y de cultura general

desconocimiento total…

Eso si ejercicio sin cesar,

intentando luchar con la flacidez

y las arrugas que aparecen con la vejez…

Los años no perdonan,

la gravedad es tirana

y siempre nos gana…

¿De qué vale un envoltorio

si por dentro no hay nada?

Prefiero lo imperfecto y natural

de un cuerpo que sepa conversar

a un cuerpo siliconado

que no sepa ni opinar…

Cuidémonos con seriedad

siendo conscientes de nuestra edad

y envejezcamos sin perder la dignidad.