En dos voces de Gaviota Romero y Luíso
LOT y su familia vivían junto con Abrahán en la tierra de Canaán. Un día Abrahán le dijo a Lot: ‘Aquí no hay bastante tierra para todos nuestros animales. Vamos a separamos, por favor. Si tú vas para un lado, yo iré para el otro.’
Lot miró la tierra. Vio una muy buena parte del país que tenía agua y mucha buena hierba para sus animales. Era el Distrito del Jordán. Por eso, Lot mudó a su familia y animales allí. Al fin hicieron su casa en la ciudad de Sodoma.
La gente de Sodoma era muy mala. Esto molestaba a Lot, porque él era bueno. Dios también estaba molesto. Al fin, Dios envió a dos ángeles a avisarle a Lot que iba a destruir a Sodoma y la ciudad cercana de Gomorra porque eran malas.
Los ángeles le dijeron a Lot: ‘¡Aprisa! ¡Toma a tu esposa y tus dos hijas y sal de aquí!’ Lot y su familia se tardaban, y por eso los ángeles los tomaron de la mano y los sacaron de la ciudad. Entonces uno de los ángeles dijo: ‘¡Corran por su vida! No miren atrás. Corran a los montes, para que no mueran.’
Lot y sus hijas obedecieron y huyeron de Sodoma. No se detuvieron ni un momento, y no miraron atrás. Pero la esposa de Lot desobedeció. Cuando se habían alejado algo de Sodoma, se paró y miró atrás. Entonces la mujer de Lot se convirtió en un pilar de sal. ¿Puedes verla en la lámina?
De esto podemos aprender una buena lección: que Dios salva a los que le obedecen, pero los que no le muestran obediencia pierden la vida.