REYNA GALACTICA

ACALORADOS!!!

Ahora mismo hay mucho calor, me quité la blusa y dejé sobre mi cuerpo el brassier, nada más. En el día no siento la temperatura, ando tan concentrada en los quehaceres que mi mente la olvida. En la noche, en ese momento frente a mi ordenador, ella se manifiesta, sube grado a grado, y entra a mi conciencia. Espero un largo rato para poner en marcha al viejo y polvoriento ventilador de techo. Me gusta experimentar al máximo el calor, sentir como mi cuerpo suda, se moja, y esa pegajosa sensación en la piel. Es un disfrute, es delicioso el frescor que experimento cuando el sudor se seca. Internamente me sonrío, un leve gesto de picardía en mi rostro aparece. Luego, en un impulso de romper la monotonía de las horas, paso mi lengua por uno de mis brazos, pretendo así, percibir el pH de lo que moja mi piel, discernir si es ácido ó alcalino. En el lado opuesto de la habitación, sentado en la cama, estás tú. Desnudo, distraído, quizás en tus pensamientos. Me dedico a observarte, también tienes calor y sudas copiosamente. Inmóvil en mi posición, inicio un monólogo. Me pregunto ¿qué sabor tendrá el sudor resultante de nuestros cuerpos unidos, resbalando el uno sobre el otro. ¿Tú qué crees? La idea me resulta enervante. ¡Un calor vivido así, en lo absoluto me molesta, no es de mi interés disiparlo!. Ni con ventiladores o abanicos, ni aire acondicionado. LO que deseo es sentirlo adherida a tí
Absorta, recorriendo lentamente tu cuerpo con mi vista, desde aquí la veo, y atrapa toda mi atención. Es una gota de sudor, que lentamente, baja desde tu cuello, se desliza por tu pecho, se pierde unos instantes en la espesura de tus bellos, reaparece, continúa bajando hacia tu ombligo y en su recorrido se evapora, se hace invisible. Quiero acercarme a ella, sigilosa, detener su movimiento con mi lengua, enjugarla en mis labios, degustarla minuciosamente. Me extasío en la idea. Si supieras lo que imagino,¿ qué dirías?, Todo tiene su lado hermoso. El calor vivido así, es una bendición.
¿Y si camino hasta ti y te acaricio?, ¿será que te cuento de mis pensamientos? ¿Querrás que siga mi disertación sobre el calor? Y tú, continúas en silencio, y yo, sigo atenta a tus sudores, primero fueron las gotas. Ahora mi mente se va a los olores, que esta intensa transpiración deja en ti. Hay sitios de tu cuerpo donde el calor se acumula, y allí el sudor es concentrado, en cantidad, en olor. En lo secreto emanan gases, y los aspiro profundamente, ellos van a mis pulmones, sus químicos suben a mi cerebro, hacen que alucine, y te vea como al Coloso de Rodas, o como un guerrero moai precolombino,...ja,ja. ¡ Qué ocurrencia la mía! Escucho tu voz, como si vibrara a través de un túnel, que se aleja, luego que se acerca en vaivenes sonoros. Y mientras tanto, yo floto, quien sabe en qué nebulosa... siempre adherida a ti!! Experimentar el calor puede ser sacro y profano, me eleva y me sumerge, la luz irrumpe, y el vacío absoluto llena tu mente y la mía. En ese momento somos dioses con el poder de crear. Inhalo tu olor con sumo placer, generan un efecto en mí como de un volcán, sus emisiones calientes me enardecen, enrojecen. Me seducen.