edisson20

el tambor de nuestra vacuidad

Del cielo cae un diluvio de alegría en forma de rayos, 
el cobertizo de los árboles están frondosos.
El corazón de la humanidad receptivo al canto del ave
abre sin titubear la senda de su eterno arroyo al mar.

Desde el yacimiento del corazón,
su flor se abre, sus aromas se deslizan suavemente acariciando el viento,
sus frutos son las melodías del universo,
los libros sagrados de los eruditos,
la senda del hombre hacia su eterna libertad,
 el camino del santo hacia la gloria de  su existencia.