Yaira Nuwanda

un ruego a la esperanza

Y llorarle a la mañana

que no pudo amanecer.

El sol que el hielo abrasa

sueña con pájaros de papel.

 

Intentó alcanzar sus sueños

y las señas no quiso ver,

sus brazos tendió a cogerlos

y llovieron copos de agua y sed.

 

Esperanza que alumbras

cuando el sol no llega,

cuando un sueño se derrumba

en mil pedazos de tristeza.

 

Esperanza que instas a seguir

los anhelos más absurdos,

¡Dame fuerzas para reír,

y vivir cada segundo!