mario mena mena

La verdad, lo digo.

La verdad, lo digo porque lo tengo que decir

y no importa que sea en forma de acertijo

que es una manera de decir sin que se sepa.

 

Que estoy en la cima del tiempo mirando el sol

con las alas rotas, sin poder alzar el vuelo

caídas mis manos de águila, que mueve el viento

con mis plumas cafés rozando el suelo

del risco desde donde miro el horizonte.

 

Ellas, son poemas en curvatura

que adornan todas las horas, sobre todo las tardes

dejando el rastro de sus líneas en todos los horizontes

y desde este risco veo sus curvas alzar el vuelo

en una mezcla de flor, de ola, de viento y de fuego.

 

Nada más aseguro mis garras al risco

resisto el impulso de levantar vuelo tras de sus fuegos

y evitar caer entre tumbos al fondo del precipicio

donde se puede morir comido entre chacales.

 

Solo.  Nada más resisto el viento del tiempo

con la estrategia de esperar el último momento

para quedar postrado, de cara donde el sol se apaga,

en gesto de gracias y de adiós a la vida

y en forma de vuelo hacia mi ansiado firmamento.