Americo Treminio

Imaginando a una mujer como montaña

 

He imaginado a una mujer como montaña,

desorientado en la fauna de sus senos,
encontré la flora virginal de sus entrañas.

 

Me he abrazado con delirio apasionado a sus laderas
Y aferrado como un niño horrorizado la entretuve
jugueteándole en las piernas.

 

He recorrido su piel con tanto ahínco que sin notarlo,
en cada beso, Me he despojado un poco de mi mismo.

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Me he perdido e n la espesura de su pelo

y he creído morir, he muerto a veces lentamente 

entre sus brazos, aprisionado en la vertiente de sus besos 

y en la cueva misteriosa de su boca,

donde repite sin cesar el eco,

te quiero, te quiero, te quiero.