Marc Tellez Gonzalez

De hombre a hombre.



 


!Y ahora!, ¿qué has de hacer con tu flamante esposa?


Hombre deshumanízado glotón de la mordaza que a ella ciega. 


Sigue ahogandóla en veneno porque ruin ya eres, y has de lavar tus injurias con la sangre de tu lacayo vástago.


Maldito hombre de sentimientos pobres, colma tu plato de estiércol y sacia la ferocidad con la que te unges del mismo, que la nobleza jamás ha de estar a tu alcance por más que la aprísiones.


Eres el impostor mas grande del amor, que te escondes tras de las máscaras idóneas a tu lealtad proxeneta.


Anda, continúa desollando las virtudes que aún te pertenecen; que los grilletes no podrán ser eternos a tu dictadura obscena de retener su libertad.


Esa mujer que es tu esposa, que cabalga bajo tu tormenta ancláda de tus pénsares, algún día marchara abriendo los ojos dejándote a ti los despojos de los trapos viejos con que la véstias.


Y entonces, en ese momento sabrás de lo que hoy te hablo, tonto hombre.

 


Marc Téllez González