Ramón Bonachí

DOROTEA (soneto)

DOROTEA

 

Corazón, que sufrís por una dama,
celestial y preciosa vampiresa,
no veis que vuestro amor ya no interesa,
ahora, un tal Francisco es a quién ama.

 

Su deseo cual vino se derrama
en la boca del tipo que la besa,
dormirá lienta, sobre lana espesa,
con otro calentándole la cama.

 

¡ Vive dios!, como sois así de blando,
llorando corazón por Dorotea
y ella, con un bellaco disfrutando.

 

¡Despertad! de esta fiebre tifoidea,
seguro que la suerte está cambiando,
no siempre bailareis con la más fea.