Atrea

ÉL

Volqué la energía
en una pared vacía
y entre el arte y yo
confesé “oye, esto no es solo alcohol”
Sonaba de fondo su huella
Y, adicta a su piel,
perdí la cordura en su pecho.
Luego vino el vendaval de su risa,
golpeó primero
y me cambio la vida.