Hace tiempo comprendí que la duda es angustia,
que el dolor ajeno nunca me es indiferente,
que las lágrimas compartidas calman el alma,
que el olvido no cura la penetrante herida,
que la distancia no es solamente una medida.
Hace tiempo comprendí qué entraña la amistad,
que al darla tu alma canta serena y se engrandece,
que al amigo se le busca, le abrazas y entiendes,
que la indiferencia siempre es mala compañera,
que ser incondicional no aguanta condición.
Hace tiempo comprendí que el amor es pasión,
que a él se llega con ganas, entrega y devoción,
que el querer es fe, complicidad y admiración,
que opuestas no son la locura y la reflexión,
que el cariño y la ternura son la curación.
Y por comprender me faltan multitud de cosas
que comprenderé, pero hace tiempo comprendí
que de mí debe salir toda la incomprensión.