FENIZ

mi alma te lee en braille...

Mi alma se arremolina

Desde tu vientre hasta tu mirada

Cuando los besos se retrase por tu piel descalza

Así te amo en cada frontera de los sueños

Tan callado va el deseo, tan inmóvil

Tan voraz, tan impaciente  e inquieto

Mi pecho adosado a tu espalda

Con las caricias sin frenos

En esa carrera de latidos

Con mis labios tan lentos

Que no consiguen ocultar los deseos

Suave llamas que adormecen a los silencios

Balbuceos de mis manos suspirando  sobre tu piel

Navegando por el aroma de tu voz

Acallando a la vida con un beso

Deshaciendo los sonidos

Cálidos de tu vientre tembloroso

Muslos semidesnudos despojados de su sed

Arrodillo mi amor ante tu desnudez

Reconociendo ante la vida la necesidad de morir en tus labios

 

Hay tanto dentro de ti que desconoces

Como por ejemplo vibrantes tonos,

Latidos temblorosos hirviendo en casi imperceptibles roces

Quiero desenterrar en ti cada beso  vivo, cada caricia reprimida

Sobre tu libro quedarme dormido, entre sueño encadenado a tu piel

Preguntarme si eres mi piel,  y tú eres mi respuesta

Conversación entretejida en sudor y hambre

Sin queriendo despertar, porque al leerte entre dormido

Te tengo en propiedad, entre dulzura y en violencial lujuria

Cerrando los ojos a la realidad.

Porque al leerte en braille tendido en tu cuerpo

Libero mis manos, mis labios, mi alma, mis dedos

Esos mismos dedos con sus yemas

Te darán suspiros entrañables, haciendo un alto en la lectura

Volviendo a leer lo ya leído, no por no comprenderte

Más por revivir de nuevo este viaje y aventura

Reviviendo cada escena, al repasarla

Avivando la espera, clavando mi alma en tu piel

Salpicando mi amor en tu desnudez

Aislando el futuro en ese instante del  hoy

Desnudo de la palabra y la voz

Anclando las realidades del contacto de mis dedos

Separando tu desnudez de aquellas escasas horas del día

Rogándole  tus pupilas más y más  amor

Ya que amar no basta,

Arrancando de tus labios la voz adormecida

Me dicen ¡que no tema!

 Porque hoy es nuestro mañana