Ningún templo
me da paz,
ninguna canción
alegría,
ni el sol me da calor,
como tú lo harías;
como lo sabes hacer,
como el sol hace a los días,
como la noche a las estrellas
y como sé que me querrías.
No,
no hay nada como tú,
ni siquiera las estrellas
ni siquiera el cielo azul,
no, nada,
ni como tu ternura,
ni los rayos del sol,
ni la luz de la luna.
No,
no me resigno a perderte,
aunque ya te perdí…
no dejo de quererte,
ni me alejo de ti,
ni de tu corazón,
porque tu amor
es mi única… negación.