Julio Viyerio

Travesía

 

Poniente curvado, remoto, la marca
de jaspe se rasga pues huye de prisa.
El disco lejano comprime su flama
triunfal en su tapa lineal y rojiza.
Es tiempo, comienza la grácil escena
festiva de luna, por fin despabilan
estrellas tempranas que beben sedientas
las últimas gotas del cuenco del día.
Del vasto follaje que tiene el tul puesto
se sueltan danzantes siluetas sombrías.
Formada la ronda, la luna por centro
con líquido giro de imagen las  guía.
Veloz serpenteo de sauces, de hierba,
el paso del baile que orienta la brisa,
algunos tropiezos, pues ebria aparenta,
prendida a las ramas, estar fresca y silba.
Nervioso vigía con cresta del alba
las luces tempranas anuncia a porfía,
en esa laguna bosteza orillada
la luna refleja, la danza declina.
Tensado su arco, sensual parpadeo
dispara serena la luna tardía,
alcanza mis ojos entonces abiertos
al brote genuino de la poesía.
Desandan mis pasos pesados y tristes
aquel horizonte de luz reducida.
En tálamo fucsia Efebo recibe
un beso de luna que Venus admira.