Letras inertes

Antipoema.

Estoy enamorado. Y no precisamente de un hombre, de una mujer o de un artificio hecho carne. Estoy enamorado de un fantasma, uno que me sopla las penas cuando se me están mojando, uno que me visita en las noches para iluminarme la verga y arder en mi lengua, uno que me abraza para dejarme vacío. Estoy enamorado de algo que no conozco, que no veo y peor aún, no me besa. Porque preciso siempre hallarme en la misma situación con los mismos quebrajos que me acongojaan la presencia. Porque soy el curandero de tu parte delantera y la frase que no se dice cuando eyaculas en tus penas. Sos celeste y me visitas cuando anticuadamente se te olvida follar: me robas las cobijas, me asotas las tablas y como un huracán eclipsado me abres los poros y me embriagas de ti. Nunca te es suficiente. Nunca dejes que te deje. Nunca dejas que te olvide.