PETALOS DE NOCHE

23... Estar para siempre...




                                         -Hay tanta paz-
y los muertos no dejan descansar...,
el cielo parece haberse borrado con el tiempo
descarándose la imagen casi ocre del sol
pegada en la esperanza de mis ojos -agotados-
                          cansados de tanto esperar-

y los muertos no dejan descansar...,

el cielo amarrándose a la mugre...,
la lluvia y
            la tierra amarrando el cuerpo

            el cielo cayendo a pedazos
una de tantas hipérboles que asaltan éste día tan olvidadizo como mi olvido ante tus ojos turbios[..., que me miran y no me miran, se alejan, me dicen con la expresión \"adiós\"
y...,
luego me abraza con su voz hasta terminar en un adagio muy profundo en el corazón..., -tranquila- tenue
en paz se amarra a mis arterias, tranquila dice una vez más uno de esos tantos rezos donde ora con fe y esperanza en regresar de la muerte y borrar el olvido,
con fe y esperanza lograr encender esa pequeña luz que se iba apagando con ese reloj perfecto del músculo que se lleva amarrado al pecho;

                                  y no! no, no son los sueños
                                          donde nos esperamos
otra vez a regresar y darnos vuelta el rostro,

de todas formas se entiende el milagro del dolor;
                                               sentirse bien,
                                      respirar, y alegrarse

volviendo ver al mar regresar a esos ojos nublados

sin sentir la melancolía atravesar el pecho
sin sentir el dolor desgarrar la poca alma
que aún hace mover este inservible cuerpo,

como todas las mañanas cruzar la línea del tren

                                  sin emprender el viaje,
                           ir-se y volver,
sin saber dónde está la distancia de nuestra despedida,
                                  y encontrándonos otra vez...,
                      otra vez,
con ese sabor dulce,
que muchas veces decimos en susurros amor, te quiero, te deseo, quiero y quiero tanto y oculto en mis ojos perdidos, en esos tesoros donde oculté mis emociones y de repente te encuentro escrita en el sol, en las nubes, en el cielo donde miro siempre sintiendo que no todos los días son iguales y siempre hay algo diferente en esa trama azulada y albina donde las gaviotas dibujan mi imaginación cohíbida por tus lazos sanguíneos que los reprimo a latidos en mi corazón, embutido en tu imagen que aún llevo pegada en mi memoria donde te sacó de los sueños cuando despierto con una lágrima de verte tan lejana cuando ya te he visto y he refregado mis labios en tu sed de amarme y hemos visto el cielo tragarse la tierra, ]y el viento sacudir los tendones donde nos amarramos en un acto de muerte por no separarnos, se nos va el aire, se nos va la vida,
se nos va el tiempo[
y se nos va muchas cosas hermosas y muchos momentos
                                                   por no separar-nos
se nos va la voz, el amor entre comillas
    se nos entrega la poesía y las letras,
    un poco de alma
    un poco de nosotros dos,
    un poco

donde nos desparramamos con las estrellas

y en días turbios con las migajas de la lluvia
y
aquí invocando tu recuerdo
me agrietó hasta quebrar-me
      mis latidos y mis pétalos
      el oscuro lamento
      de invocar el amor
      escondido en ese tesoro
      que aún tiene la luz encendida del universo

y aún piensa en ti, en ti -de traerte a la vida-

                                  y traerte a la muerte, así, donde sin pensar
                                                      podremos estar para siempre...