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Una luna y dos lobos

Una luna y dos lobos

Y ella dijo:

La verdad es que la luna con su pálida luz
y su misteriosa aura, nos atrae como polillas a la llama,
no para perder la vida si no el corazón,
no hay corazón mas perdido de aquel que ha querido enamorar
a la luz de la luna y a sus hijas de triste colorido,
frágil candor y fría piel porque ante todo el aventurero desconoce
que las hijas de la luna traemos el corazón en llamas.

Y él respondió:

Los hombres nacidos bajo el manto de luz lunar
sentimos la nostalgia de aquel calor engendrado en la luna que nos vio nacer,
y es por eso que cuando levantamos la vista hacia ella,
el corazón arde recuperando parte de esa hoguera en la que nos calentábamos,
aullamos hacia ella extasiados y melancólicos esperando
que el viento lleve el eco a los oídos de una mujer que sienta de la misma manera
bajo el influjo de la luna.