kavanarudén

Cuando un poeta regresa al portal

 

 

 

Esta mañana temprano, me levanté como de costumbre.

Abrí la ventana que da al portal, después de apagar mi lumbre.

Vi algo maravilloso, que lleno mi alma de alborozo.

 

Un ave de plumaje hermoso, como salida de un cuento de hadas, revoloteaba placidamente allá cerquita, en la casita chiquita, que está en la encrucijada.

 

En su mirada pude observar, la alegría que ésta sentía, se reflejaba en su valentía y majestuoso volar, en ese su elegante planear.

 

Pude reconocer la hermosa ave descrita, era el alma bendita de una poetisa amada, que regresaba, después de haber emigrado, más allá de la empalizada.

 

Cuando un poeta regresa, se me van todas las tristezas. Se puede observar, una luz particular, en el umbral este sitio, nuestro caluroso hogar.

 

Son muchos los motivos, que nos pueden alejar, quiero ante todo mi respeto y aceptación manifestar, mas lo importante, mis queridos, no es haberse ido sino regresar.

 

Toda experiencia de vida, sea aún aquella terrible, temida, puede ser fuente de inspiración. Solo es necesario escuchar, sentir el corazón y dejarnos llevar dócilmente por la imaginación.

 

Cada escritor, poeta, es un enérgico profeta, un soñador con esmero, un dulce pregonero, un trovador, un misionero, un amante sincero, pedagogo, maestro certero, siendo su pluma una lanza, una caricia, un mortero.  

 

Una velita enciendo ahorita, para darle gracias al Dios bendito, por ese planear tan bonito, de esta poetisa que regresa. Aprovecho para decirle y en nombre de todos pedirle: ¡Bendícenos Señor! Da regreso al que se ha ido, protección y paz, alejando todo lo temido. Que nunca falte la inspiración, aunque sea pequeña, difusa, que abundante sea siempre nuestra amada musa.