JULIO CESAR CORVALAN

Tengo un piño de versos

Tengo un piño de versos en la marisma de mi alma,

Son como toros de fuego, son como caballo en llamas.

Tengo un piño de versos, marcados con hierro y espada

Descienden del sentimiento más noble de mi estancia

Tengo un piño de versos, rebujados en el alba.

Se duermen en tu silencio, se alojan en tus miradas

En el ruedo de tus ojos,  se han domado mis nostalgias

Allí  corté mil orejas, con el rejón de tus palabras,

Amarte es tan riesgoso, es jugarse una mortaja

Es sentir un tropel en el pecho, cada vez que acuchillas mi calma

es arrear un piño de versos, es galopar el amor por la playa,

Sentir el aire que rosa, las mejillas y las ansias.

Mujer, tú me provocas, tanta pasión desatada…

Tengo un piño de versos, dibujados en el aura.

Cada vez que besas mi cuerpo o desnudas mis plegarias

te veo danzar en el ruedo, te siento flotar con la capa

en chicuelinas me estrello, al igual que un toro de casta.

Tengo un piño de versos, en la marisma de mi alma,

Siento que mis tormentos, se acrecientan y agigantan

No he podido domar el misterio, de tus besos prenda amada

En la dehesa del pecho, tengo afiladas mis astas

Para que cargues mi suerte y para que hundas tu espada

Mi bravura es tu aliciente, para en mi quemar tu marca.

Soy muy noble ante tu ruedo, tus puyazos me rematan,

Tengo el morrillo sangrante, de momentos y de nostalgias

Tengo un piño de versos, en la marisma de mi alma.