Oscar Perez

Para estas noches sin destino

Para estas noches sin destino

 

No te preocupes tanto, habrá una muerte,

feliz de recibirte cuando quieras marcharte,

no dejes que los locos de este mundo en remate

te vuelvan loco a ti, con tantos sueños en las alas,

no dejes que los diarios te depriman

con tanta novedad de soledades que conoces,

de tumbas que se encubren en luces de palacio,

de sumisión exacta a la hora del revuelo,

de rebeldes que no saben que el amor es la gran causa,

que la enajenación de las escuelas no te enseñe

a marginarte de las olas que regresan cuando llueve,

del todo que te espera para ser uno contigo,

del canto que los mudos conocen pues te escuchan

y los sordos alimentan pues comprenden cuando lloras.

No te preocupes tanto, hay una vida

que siempre está contigo en cada parto,

en cada decepción, en el arroyo

que junto a los guijarros que partieron tus plantas

trae un caudal de besos que sumergen tu agonía,

son peces, son raíces, son gotas de agua pura

que hacia algún mar avanzan, llevándose tus miedos,

mojando tus pupilas de eternas suavidades

y de un paisaje atroz en que el naufragio se hace un vuelo.

No te preocupes tanto, hasta el vencido,

hasta el que se rindió, después de tanta incertidumbre,

confían en tus fuerzas, en tu abrazo,

contienen tu fervor, aunque no marquen sino cifras,

aunque no giren sino piolas de una máquina siniestra

y vuelvan a su esquina, cada noche derrotados.

No te preocupes tanto, es probable que nos pierdan,

que nos maten poco a poco, que nos mientan,

que caigamos en nosotros como en un altar sin dioses

y creamos que la rabia es nuestro único camino,

nos vencerán, es cierto, son millones,

son súbditos de un súbdito que no tiene fronteras

y nosotros apenas un trigal entre coyotes,

un labio repintado de mentiras oficiales,

una hoja en un infierno de leñadores eficaces,

un cúmulo de miel en un panal para desdichas.

No te preocupes si callamos, volveremos

en el grano de ese trigo que las bestias pisotearon,

en el silencio de esa voz que no se abrió sino en olvido

y que, aunque no volvió, sigue latiendo,

porque así es el mundo, porque la vida sigue,

aunque nos arrasen y nos borren de las listas,

aunque no dejemos ni en la esperma un nuevo río,

aunque ni nosotros entendamos cuánto falta

para que de verdad las cosas cambien de epitafio.

No te preocupes tanto, ya descansa,

si llegaste hasta aquí te lo mereces,

si existe solución la encontraremos juntos,

si no existe también, que en eso estamos,

fabricando la risa para bocas maltratadas,

escarbando en el barro para una nueva tierra

y liberando el sol para estas noches sin destino.

 

http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/

 

27 01 15