Raúl Daniel

Cuando nuestro amor era un niño (Espejo 133)

 

Cuando nuestro amor era un niño, pensaba,

o mejor dicho, imaginaba verlo crecer.

Mi desatino fue creer que era posible vencer tus miedos,

los absurdos intereses y al destino.

 

Ya no tiene sentido buscar la razón... o culpables,

o reconstruir una esperanza, han caducado los motivos,

sólo ha quedado la imagen esparcida de un intento fallido.

 

Mi sueño es como un pájaro que busca su nido…

tu alma vibra en el éter con la mía, al unísono…

el éter no tiene fronteras ni caminos…

y nuestras almas se estrechan, para siempre, gemelas…

Tu destino y mi destino: dos ausencias paralelas…

 

Han pasado el tiempo del dolor y el de la espera,

en nubes de borrosos pensamientos, desdibujados,

los retazos de recuerdos se atropellan al vacío…

Todo ha terminado… hasta el olvido.