Enséñame a temer a la muerte para apreciar el derecho a vivir.
Dame tu odio para sentirme por vez primera amado.
Ofréceme tu egoísmo para compartirlo contigo.
Regálame tu cuerpo para usarlo y desaprovecharlo a mi antojo.
Confiésame tus pecados para convertirlos en mis sacramentos.
Cuéntame tus pesadillas para volverlos mis sueños a lograr.
Herédame tu fortuna para despojarte de la avaricia.
Cúbreme de tu valentía para quebrajar mis temores.
Provéeme de tus palabras para formar mi discurso.
Entrégame tus ojos para aprender a leer desde otro punto de vista.
Confiéreme tu hálito para llevarte conmigo en un susurro por siempre.
Proporcióname tu eternidad para convertirlo en un solo momento.
Si lo haces prometo mantenerte viva perpetuamente
por medio de las palabras que desploma mi ser.