Oscar Perez

Romance de un señor y de una antigua dama

Romance de un señor y de una antigua dama

 

¿Habrá algún celular cuando te mueras?

Digo, para que saque la foto del momento exacto.

Digo, para que dejes unas últimas palabras,

un mensaje de voz, de texto, una llamada,

una última actualización de tu perfil en las redes.

¿Habrá alguien que se entere en el momento mismo,

que pueda replicar la información a todo el mundo,

a todos sus contactos, que lo informe a sus amigos

a los familiares, a la prensa, a todos los idiotas,

a tu más acérrimo enemigo o crítico o simplemente

a tanto que no supo ni tu nombre ni tu historia?

Poesía, ¿será tu número el que quede en los registros,

el que deba borrar cuando te ausentes,

el que después del sepelio, ya ocurrido todo,

aparezca cursándome una nueva llamada,

a mí, que no registro ni llamadas en espera,

a mí, que no me cambio de plan desde hace siglos,

a mí, que no te he escrito porque no sé bien qué decirte,

a mí, que iba pasando frente a la nueva tienda

y tan sólo me he dicho: tendrá su celular la poesía?

¿Podré saber cuál es el número algún día,

podré llamarte y conversar cuando estés triste,

podré mandarte un archivo o un enlace,

podré pensar, cuando ya nadie me conteste,

que estás tan ocupada conversando con el mundo

que ni me ves, que apenas soy uno más de tus contactos,

como apenas eres tú para millones de individuos

uno más de los contactos agregados en sus listas,

uno más de los millones de contactos de sus cuentas,

uno más de los registros que, archivados ya no importan?

¿Podrás llamarme tú cuando yo aquí te necesite,

cuando ninguno más perciba que me ausento,

que me pierdo en estas calles, que me enredo

entre mensajes que no llegan, que ni mando,

entre perfiles que no sé de dónde salen,

entre rostros que jamás me han escuchado,

que nunca he visto, que no sé qué significan,

entre mis propios dedos que no saben

qué digitar cuando en mi alma entra la angustia,

cuando en mis ojos la emoción, cuando en mis sueños

la idea de un tumulto que se abraza,

que deja de correr tras un llamado que no viene,

que se mira de verdad, con más tesón que a sus pantallas

y aprende a murmurar tantas palabras que escondieron,

tantas hazañas que han vivido, refugiados en un tono,

ocultos en un chip, medio asustados en la noche

de baterías descargadas y sin mensajes que leer apenas llegan?

¿Te podré llamar yo cuando me muera,

a ti o a alguien más, a alguna, digo,

que quiera conversar antes de irme,

que quiera compartir su propio miedo,

que quiera disfrutar de unas palabras locas

en medio del mundano orden intangible?

He dejado el celular en tu bolsillo,

contestarás por mi cuando alguien llame,

acuérdate de cuidar la batería,

acuérdate de no dejarlo en cualquier parte,

acuérdate de avisarme si quien ya sabes

da señales de querer comunicarse o darme un beso.

He salido a caminar en plena noche,

hace mucho que no me veía con la luz de las estrellas,

hace mucho que el aire puro y frío no me hallaba

calmadamente a solas y con mis manos

enfundadas en los bolsillos, en silencio,

sin nada que decir, sencillamente,

salvo que estoy en paz y que te amo como siempre, poesía.

 

http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/

 

26 01 15