Miguel Vargas

*** MIS EMES

Las emes de mis manos con puntas de fuego

estrechas y húmedas trillan su tiempo

entre sucio y jabón, caricias y dolores,

sin dejar espacios planos

entre sus líneas enmarañadas.

 

Milímetro a milímetro el pelo

de sus caminos es más abundante.

 

Emes gemelas y diferentes

que palpan sin descanso

la vida marchita y única,

emes contrarias como reflejos de espejos torcidos y crudos

como el agua empozada entre ellas.

 

Las únicas testigos de caricias y vellos hinchados

de poros abiertos y sudores profanos.

 

Las que veo convertirse en fósiles de estrellas

entre matices de conchas blancas y resecas

que arranco de ellas imperceptible, indoloro

las que con el cerebro

y el corazón forcejean sublimes secretos

imposibles de expresar.

 

Emes que bifurcan los sentidos

del más hábil lector de manos

porque de viejo nada hay que leer

solo la muerte y ella

no es ningún augurio.

 

Las observo de vez en vez

cuando dando vueltas al anillo

recorro mi vida en cada giro.

 

Las que palpitaron con el hierro

y la madera , el fuego y el frio

las que el tiempo hizo que sellaran

sus huellas en todas partes.

 

Emes de mis manos

las observo arrugarse como mi vida,

tocadas y abrazadas por otras manos

besadas por labios que ahora están muertos

presas sin apretar el puño

abiertas y solas.