Que vayamos al cine el domingo, puede ser.
Que vea los aparadores y un ramo de novia llame su atención, puede ser.
Que escoja la película por el romanticismo, puede ser.
Que diga once veces \" las palomas engordan\" y aún así las coma, puede ser.
Que la elección de la penúltima fila le parezca impertinente y aún así acepte, puede ser.
Que su intuición vibre al ritmo de su vientre,
cada segundo, antes del primer beso de los protagonistas, puede ser.
Que su mano tome la mía, argumentando un pretexto dulcemente ilógico, puede ser.
Que ponga una roseta en mis labios después de pensarlo varias veces, puede ser.
Que una sincronía azarosa entre el beso en la pantalla y el nuestro, suceda, puede ser.
Que finja no llorar cuando musite un “te amo”, y me pida concentración en la película, puede ser.
Que nos reconciliemos, esas horas del domingo, para después seguir separados, puede ser.
Que el amor es inmortal, pero efímero como el sonido de una roceta de maíz al reventar,pero irremediablemente incitante,
que esclaviza la libertad con libertad y
a veces resurge en un beso de labios
que se besaron poco y a destiempo, puede ser.
Ian