Mishelle Marina

Enfermedad querida

No es fácil una despedida,
no es fácil decir adiós,
pasaré otro veintidós
buscando la mirada perdida.

Sonará tu melodía,

de Sísifo castigo,
pero déjala conmigo
que no mata todavía.

Usábamos el tacto

para seguir soñando,
irnos lejos volando
para pactar el pacto.

Quedarme dormida

así hasta el amanecer,
enfermedad querida
aquella del querer.