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Una Realidad Inevitable

Sentado en una barra con un vaso de Ginebra, un cigarrillo encendido, me encuentro con la inevitable curiosidad de observar y participar con miradas disimuladas, como si fueran perdidas, pero en realidad muy atentas que intentan sacias mi deseo del conocer. No sé si soy yo o es el mundo el que no entiende el significado de la verdadera felicidad. Continuo observando, gente compartiendo y mediante una rápida lectura de labios y expresiones me doy cuenta de que no se trata de otra cosa más que conversaciones efímeras y de poca profundidad. La simpleza y naturalidad con que lo hacen, es el objeto de mi curiosidad. Todo se vuelve simple de pronto, apareces tú. Dejo a un lado mis razonamientos y el deseo de explicar todo a mí alrededor, una sonrisa, lo simple, lo puro, la paz. Todo se vuelve verdad y lo sencillo, aparentemente accesorio, pasa a ser lo principal. Tu existencia, tu presencia me tranquiliza y me hace sentir miedo, miedo a perderme en la locura de lo incierto. Vuelvo a pensar que esos momentos simples y puros son el complemento perfecto para calmar mi obsesión, no te vayas. No te vayas nunca..

Ricardo Rodriguez