Marc Tellez Gonzalez

La caída de un poeta.

 


Poeta, libido de tu corazón extinto que calla los gritos del perplejo viento gris


Cayendo el tumbo marchito de las pálidas noches inciertas ancládas de la tristeza.


Hombre creativo que va muriendo asfixiado de los recuerdos textuales que agonizan junto con el, más sin en cambio se encuentra erguido a su palabra que lo hace ser simplemente cruel.


En el poder de su elegante falacia, existe la coexistencia de su letargo frío y hambriento de su propia justicia.


Quedando sólo el silencio, quedando sólo su cuerpo, que de su alma ya robada por el correr de los tiempos algún dios se ha de encargar, y en la tierra de su sepulcro, el témpano frío de su amarga soledad.


Quedara su herencia escrita, la sanación de su tortura cae con el cerrar de sus ojos y el caer de su pluma, y por nosotros que más da, una letra más o un poema menos.

 

Al cerrar el libro, se cierra su incandescente obra, dejando los suspiros en los trinos del corazón de quien le llora en alguna dedicatoria.

 

 


Marc Téllez González.