el poeta del abismo

La cumbre

Dónde perdiste la fiebre de la época

Y el bordado de la caricia heroica

¡oh lágrima! Tu salaste la palabra,

Y la temperatura del alma

Enterraste el ala infinita bajo las crónicas 

Arando  la sombra de un ecuestre

Y el humo de un candil, y un potrero 

Y los pasos con nombres de los huestes

A un olvido veinteavo sin edad

 

No dejaron nidos tus naufragantes sombras,

Terrenal cumbre, se te fue un sol

Y una luna y una estrella

Enterradas en tu espalda precisa,

Como a la mujer herida

buscando tus huesos para sostenerse,

A puras brasas diste una esperanza postiza

Como un amanecer en la tumba. 

 

¿de dónde eras, sobre qué parte?

Cumbre de hombros heridos,

Espalda semental, olvido de héroe,

Vives tanto del canto de los picos

Y tienes la calma más lenta

Que la muerte le da miedo esperarte

ahí, donde se acabado el adobe, 

La teja, los arados, la fuerza de los dolores ajenos.