benchy43

EL ARROYO

El arroyo es un pequeño,
un niño que va corriendo,
juega con sombras y soles,
canta con aves y ranas.

 

Salta las rocas más grandes,
acaricia los pedruscos,
y a los árboles señeros
les deja gotas de risa.

 

De pronto es remolino
que va limpiando de musgos
a los gigantes vencidos
por el peso de los años.

 

Un vuelo de mariposas
se refleja en sus pupilas,
como un abanico abierto
que intercambia los colores.

 

Murmura viejas historias
que le contaron los duendes
y un par de rudos hacheros
que descansan a su vera…

 

… como aquella, la del hada,
que tan blanca y tan bonita,
se baña por las mañanas
apenas despunta el alba.

 

Aunque sabe de leyendas,
por ser niño precavido,
se guarda muchos secretos
que ha descubierto en la fronda.

 

De noche, sólo de noche,
se acapara las estrellas
y hace barquitos que bogan
con un destello en la proa.

 

El arroyo es un travieso
que no cesa de bromear,
dibuja una luna de agua
cuando es hora de dormir.

 

Y aunque sueña (también sueña)
llegar a ser un gran río,
sigue rociando las flores
y cantándole a su bosque.

 

Derechos reservados por Ruben Maldonado.