Raúl Daniel

Lágrimas y locura (Espejo 123)

 

En la tarde gris, todo invitaba a las lágrimas...

de su rubia cabellera, cayeron en mi hombro sus rizos,

así como sucedía en mis sueños desquiciados.

 

Yo temblaba como un estudiante,

ella se apretaba a mí, sollozando...

y nos envolvió un misterio indescifrable:

aún sonando la voz de su marido en nuestros oídos,

no lográbamos separarnos...

¡qué locura vivíamos!, ¡qué desesperado ultraje!,

¡quién habrá sido el ángel que nos ayudó...!

 

Más tarde tomábamos el té todos juntos...

los tres reíamos... pero dos llorábamos.