Conservo aún, fresca tu mirada
y se adhiere a mi piel la calidez de tu sonrisa;
porque te he buscado sin exito alguno
hasta en los lugares mas inhóspitos y más allá en mi interior.
Mi subconsciente aún se altera cada vez que pregunto
por el infame retrato de una melancólica despedida;
y busco cada vez más entre fango y arena
y me sumerjo en los océanos de mi memoria buscándote, tesoro mío.
Aún conservo tu mirada fresca y coqueta
y aunque me descubra como un personaje de despreocupado aspecto
aún oculto mi espiritú sagaz y mi capacidad de responder a esta soledad.
Aún te tengo en mi subconsciente
para que cada vez que se abra esa puerta
vea un milagro en la silueta de tu amor
y recuerde con fuerza el porque de mi búsqueda
para que ya no seas un recuerdo tonto e intocable
y así te vuelvas materia viva o casi muerta;
para que así no notes el motivo de mi ausencia,
para que así yo pueda apreciar de nuevo tu presencia.