salgomanzano

A la sombra de un olmo

A la sombra de un olmo se iba el día...

Bajo la enramada soy descansado:

tan profundo era el dormir solazado,

que  un soñar delicioso me venía.

 

En sueños soñándote te veía,

y teniendo en mi pecho tu cuidado,

era de ti ya tan enamorado,

que el labio fervoroso te ofrecía.

 

Placeres que mi anhelo deseaba,

que tu boca placeres me pedía

de olorosa flor que el huerto exhalaba,

 

viniéndome de ti, que a mí tenía,

yendo a ti mi vida, que me excitaba

el erguido clavel que florecía.

                   (salvador)