Raul Gonzaga

¿Quieres ser mi esposa?

La miré de repente, de repente entendí,

Que ella era para mí como una chispa ardiente;

Las formas de su cuerpo, lo dulce de su voz,

Del cabello, el color; de su piel, el deseo;

 

La miré de repente y todo se lo di,

Y aunque el control perdí, le dije dulcemente

Es usted como diosa convertida en mujer,

Exquisito placer, volátil mariposa;

 

Es usted dueña mía lo que siempre soñaba,

Realidad dorada en mi melancolía;

Y tan sólo una cosa yo quisiera saber:

-Si me puede querer, ¿quisiera ser mi esposa?