Araceli Vellber

Aun siendo carne muerta, amaras.

Aún siendo carne muerta, amarás.

Todavía, palpitaba mi corazón,

Una vez realizada mi autopsia,

En su infinito afán, de no parar de amar.

Repartidos los miembros, sobre la mesa,

Intentando unirse, entre sonrisas.

Mi boca, buscaba un beso enorme,

Por aquellos, que dejamos olvidados, en el camino.

El olor a sangre, alimentaba mi hambre,

En una rabia, contenida de agua y sal.

Respiran mis pulmones, pero no me animo.

Expulso aire, como veneno escurridizo,

Que salpica, todos los rincones.

Todavía palpitaba mi corazón

Cuando vinieron con una sábana blanca.

Esconderán, mi cuerpo esparcido

Pero éste, todavía quiere amar.

Me sepultarán, bajo tierra y en tierra que yacer

Pero mi corazón, florecerá.

Me inundará el fuego, el día de las fieras,

Pero mi sangre, lo extinguirá.

Todavía palpitaba mi corazón

No oyes, acaso el tic-tac.