Socorro Maria Lopes

Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ II Amor Verdadero

Cuando llegaste

Me trajiste los porqués

Me hiciste sonreír,

por merecer.

 

Me diste tu horizonte

Y un puente entre los dos

dibujaste el sol de mí,

el que salía de mis carnes…

Y toda sombra se fue.

 

Antes quería dormir,

seguir y seguir...

Hoy despierto antes de ti

Solo por ver como sonríes

Cuando abres los ojos y me ves;

 

La vida se ilumina:

Y las razones para seguir

me florecen por millones.

 

Al desayuno, o al medio día

Regalas justo lo que yo quería:

Un beso acompañado

de futuro y de pasado

calmando el cuerpo maltratado

por lo mucho que te amo, 

amaré y he amado.

 

Eres increíble…

Hay regocijo al lado tuyo.

 

Es que no imaginaría

que la vida me pondría,

justo aquí,

Lo que aún no me había dado.

 

Y todo emana de ti.

Como un rio nuevo

Que alimenta un pueblo,

Y es pueblo de mí.

 

Siquiera pienso descubrir

De donde viene tu poder.

 

Donde vive tu misterio,

Ese remedio prescrito

para absolverme del mundo

que ha quedado atrás,

o de los sueños de ayer.

 

Yo no sabía de un amor así.

Cerca de ti, todo es tan “clean”

Un dibujo, dos palabras...

Y me siento enamorada.

 

Tu cariño,

tus maneras de cuidarme,

tu forma de fijarte en mí,

Aunque yo no tenga nada.

 

No importa el tiempo

Ni todo lo que ya pasó,

Los infortunios, los problemas,

Esos los cargo yo…

 

Descanso de las batallas

en las trincheras que guardas

a cada lado de tus mejillas.

Tu hermosa sonrisa, que calma,

Enaltece y me apacigua.

 

Quiero disfrutarte

cada invención traviesa,

Y hasta las veces que duermes

Con seis cobijas bajo la mesa.

 

Prometo prometerte

Aceptar cuantos gatos o perros

recojas de la calle

(Uno por vez, es lo que vale),

 

Y dejar que tus manos

acompañen las mías,

dibujando estrellas

en las noches sin luz,

 

enseñarte una oración

y la señal de la cruz,

para que no olvides al crecer,

que todo hombre debe tener

algo en lo que creer…

 

Pretendo mostrarte

la hermosura de las flores,

que todas son iguales,

en sus formas naturales,

sin embargo diferentes.

 

Ciertos detalles los descubrirás

cuando te propongas amarlas,

Tal y como las mujeres

que en tu pecho se abrirán.

 

Intentaré hacerte entender,

que el pan no es solo alimento

Es un forjador de sueños,

Y lo que al hombre le da honra;

Sabor a sudor honesto,

Molde de trinos más contentos.

 

Mas permitiré siempre

que llegues a hurtadillas

(aun cuando estés grande y bien formado)

buscando abrigo a mi costado;

 

Y me despiertes fingiéndote asustado,

Como siempre, en tono exagerado:

-¡Mamá, tuve doce pesadillas!

 

Mi dulce ángel Gustavo.

 

(Socorro Maria Lopes)