GuillermoO

DESTINO DE JOSE

 

Soy un hombre encerrado en su cuarto de espejos.

Soy José.

Estoy cargado de bramidos, de adioses insolentes.

Me abruma el miedo a la tormenta.

Tiemblo cuando sale el sol,

me apuñalan las sombras.

La risa ajena me daña,

me divide la lluvia.

Soy José.

Me aman las tinieblas cuando ofrendo

al dios escandaloso de la angustia

mi corazón lleno de presagios.

Oigo un grito inmenso: \"eres José,

el que tuvo el corazón de extrañas mariposas enjauladas en el miedo,

el que con su ausencia quemó la luz de los campos,

e hizo vibrar sus deseos en consonancia

con la fragilidad de los altos navíos !\"

Oigo extrañas cuitas narradas

que el aire duplica y devuelve en iguales sinrazones.

Todo es magia invertida:

el pozo mostrando su fondo como principio inevitable.

La sangre tironeando al corazón;

el proceso del castigo,

porque soy un hombre preso

y extrañamente libre.

Soy José, mal de la noche,

rabioso en una espera que terminará

sino cuando el cuchillo cuaje mi garganta.

 

G.C.

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