Tus fragancias insípida de no estar presente me dejan un vació
en mi pecho sin condición alguna, solo el mar con sus
aguas inmensas me dan las repuestas para poder amarte
en tu espacio interno con el esperado ocaso...
El recuerdo de tus caricias me desvelan en un abrir y cerrar de ojos
para solo ver los cariños tiernos y suaves que me diste,
en medio de aquella cueva natural de flores sedientas
de tu presencia para bañarte con la miel de sus pétalos...
En donde tus manos las recogen para unirlas al mar
y poder realizar una conexión de emociones lo cual disipa
el calor de nuestros cuerpos, ardientes entre el viento
inexorable y ante la caída silenciosa del sol...
A lo lejos se escucha el canto alegre de
aceleradas guacharaca, dispuestas con su canto épico de llamar
la lluvia para bañar el sudor de nuestros cuerpos
y hacer brotar tu frágil perfume de mujer para tranquilizar mi olfato...
RIVAS JOSE