Franklin Sandi

Todo está Cristo de Viernes Santo

 

Todo está Cristo.

Tocan la puerta.

Todo está misa de Viernes Santo.

Todo está enfermo

con sol de invierno.

Todo está Cristo de Calamarca.

 

Las voces llegan.

De afuera vienen con gusto a ruido

sabor a Cristo

que anda en las calles

con Cristos huecos.

 

Abro la puerta.

Oigo el silencio.

Crujen los pasos de piedra y pasan.

Miro la esquina.

Prendo mi pena.

Algo que flota rueda a la sombra.

 

Estoy de pié frente a mí.

Si no tuviese el nudo

del qué dirán en la garganta

que me hace olvido

que me hace incienso

me abrazaría filio con filo

sin importarme

el tufo de la ciudad que grita.

 

Abro un cuaderno

Tacho un borrón inolvidable

Y tiemblo.

 

Todo está Cristo de cartón

azul tirando a negro

esperando que lo restauren.