Benedetti

Un día común, pero no corriente.

Es un poco molesto tener que escuchar el despertador a las 5:15, después 5:20; es la hora de levantarse a bañar, después afeitarse, y por último vestir como de costumbre para el trabajo en la embajada de cuyo país es difícil nombrar.

Mi esposa prepara los uniformes de los niños, y yo cómodamente ordeno cartas, y unos papeles que piden con tono de “urgente” ser revisados y darles una solución, por pequeña que esta sea;

No pienses pequeño John (Hermano querido) que te tengo olvidado, pero hay días en que no tengo aliento para respirar y ni espacio para obtenerlo, por las mañanas llevo a los chamacos al colegio (Jorge y Regina, lo de Regina por la madre, yo hubiera querido el de Evelin, pero tu cuñadita siempre se sale con la suya), llego a la oficina y lo primero que hago, antes que todo, es pensar en lo que debo escribirte en esta carta. Y después vienen los pendientes.

-Figúrate

Gisela, tu cuñada, que ahora está más regordeta que nunca; le ha dado por pedir ese aparato raro que sale en los anuncios del televisor. Ese tal Boody no sé qué, porque dice que tengo el pretexto para serle infiel por lo regordeta que esta, aunque le digo que eso es normal, y que si no se cuida puede reventar. Pasando a otras cosas…

-¿Cómo están todos por allá?

-¿Y mi cuñis?

-¿Y John junior, es igual que tú, o igual de guapo que su tío? (ósea yo jajá)

 

Espero no molestarte John, con mis tonterías. Pero hace mucho que no sé nada de ustedes, y me moría por saber algo, por pequeño que fuera; me acorde de cuando jugábamos a que éramos soldados, y que tú, por tramposo me matabas.

Me dio un poco de nostalgia, si, pero también me reí como un loco, y lo peor es que solo; ahora vengo, tengo que recibir a alguien. No sé ni quién es, así es esto.

En que me quede, a, en los juegos de niños; por último te cuento que eh recibido a más personas que las que uno puede conocer en toda su vida, y que ya son las 08:30, la hora de ir a recoger a los niños del colegio, me siento un poco cansado, y con el relajo del John ¡más!

Heredo tu manía de cantar y gritar, y Regina, igual que Gisela. Callada, ni se nota, pero estudiosa…

Sin más se despide tu hermano mayor: Adrianno, esperando tengas un buen fin de semana.

 

28 de enero de 1980, en un país cuyo nombre es difícil nombrar.

Benedetti(Joseph Cernuda)