Aquí es donde vengo cuando no quiero que nadie me encuentre..

Amapola del azul que quieras…

 

Tinta negra

para un viernes distinto,

sábado… domingo…

Presentes las noches más remansas de los últimos 2 meses,

amapola azul marino desceñida de mí,

hoy te marchitas con una palabra escrita y susurrada.

 

¡NO! Definitivo,

de hastío de ocasiones desenfrenadas.

¿Mi mejor decisión?

una utopía,

mí frenesí,

cruel regresión,

hace trizas 3 semanas de ilusiones de varias tardes de verano.

Cambio mi guirnalda de hojas rojas,

 por un yelmo contra piedras carmaticas,

de acero transparente que no cubre la culpa que escupo sobre mi rostro.

 

Soledad ambigua,

más inmensa que antes de nosotros,

justo castigo,

crepitan lágrimas,

lamentos, sollozos,

desde hogueras del subsuelo obscuro de mi mente,

se tienden en mi cama,

viven en mi almohada húmeda y salada,

de días y noches taciturnas.

 

 ¿Qué harás tú?

Después de marchitar te no serás más mi droga,

los días serán tu medicina,

volverás a retoñar en el calor de nuestra tierra.

Amapola... ahora del azul que quieras,

ni las orquídeas amarillas te opacarán con su aroma.

¡Descíframe!,

sabes a lo que escribo,

traduce mi lenguaje,

mi estúpida manera.