Penélope perdió toda hermosura, 
estaba lamentándose en el suelo 
herida y sin poder alzar el vuelo, 
sus ojos eran mares de amargura. 
Confusa, parecía desgraciada 
y fatigada, 
le di calor 
también amor, 
creí ser dueño 
de su gran sueño; 
de noche se dormía entre mis brazos 
juraba ser adicta a mis abrazos. 
 
 
Pero un día me dijo convencida: 
-lo siento mas lo nuestro a terminado 
las ganas de volar han regresado , 
no quiero ser paloma retenida-. 
Es duro recordar aquel instante 
duele bastante, 
buscó la brisa 
se fue deprisa, 
dejé la puerta 
un tiempo abierta; 
Penelope volvió a caer al suelo 
me dicen que murió mirando el cielo.