Donaciano Bueno

Una lágrima para Isidora

Hoy otra vez la tuerca se atascó,

fue inutil pues estaba ya oxidada

y su vida duró lo que duró,

se acabó y ya llorar no arregla nada.

 

Que fue una terca gota quien la hirió

y al agua con la cal la fue mermando.

Desde el dia en que el tornillo se chafó

hundida en soledad pasó llorando.

 

Gota del mar que en su naufragio lento

querido hubiera convertirse en llama

para iluminar el alma a esa dama

 

Grito es que da la espalda al desaliento

que piedad para esa gota hoy reclama,

piedad pide al herrero que hoy le llama.