ferpessoa

Las manos.

Las manos de los maestros dejaron de componer,

se miraban por sobre las gafas,

Bach y Beethoven hablaban por sobre los atriles

y las manos de Mozart dejaban el piano vibrar.

 

La mano de Van Gogh trasteaba en el piso una oreja cualquiera,

se miraban unos a otros de la familia de Velásquez,

Rafael y Masaccio hablaban sobre sus paletas

y las manos de Della Francesca pararon en su cabeza.

 

Las manos de los Bernoulli no paraba la mecánica de sus fluidos,

se miraban como culpando a Newton,

Lagrange y Laplace dejaron de hablar su conferencia

y las manos de Leibnitz bajaron hacia Fermat y Descartes.

 

La mano de Ghiberti resbaló sobre el pórtico de Florencia,

se miraban unos a otros llamando a Leonardo,

Uccello y Donatello hablaban esculpidos

y Miguel Ángel cayó de manos en una esquina Sixtina.

 

Las manos sencillas de Martí se aferraron al caballo del Ángel,

se miraban parando sus lápices revolucionarios,

Rubén Darío y Andrés Eloy buscaban metáforas apropiadas

y las manos de Neruda elevaban el cielo de Isla Negra.

 

Cuando te vieron salir, Paganini perdió su arco

y Brunelleschi su perspectiva.

 

Cuando te vieron salir, el dedo pródigo de Pascal

al hexagrama de su boca fue a parar.

 

Cuando te vieron salir,

Gaudí y Calatrava

las manos se daban,

Leonardo creaba

y la Mona Lisa envidiaba

tus ganas de vivir.