mikhail hernandez

Divina adivinanza

 

Creo que sabes, tú quién soy,

Pues,  te rodeo cada día,

Te daré algunas pistas,

Para ver si tú adivinas.

 

Soy abstracto, soy amorfo,

No me entiende ni  la ciencia,

Y sin miedo a equivocarme,

La razón de tu existencia.

 

Soy aquel, que cada día

Da color a tu jardín,

Y quien en sus ratos libres,

Pinta rosas de carmín.

 

Soy sutil como un susurro,

Bello, como obra de arte,

Y  a pesar de ser muy frágil,

Tan fuerte como un diamante.

 

Yo proscribo la tristeza,

Borro la melancolía,

Mi mayor aspiración,

Es ser parte de tu vida.

 

Soy aquel fiel sentimiento,

Que destella tras tu iris,

Y quien pos la tempestad,

Colorea un arcoíris.

 

Quien impele al ruiseñor,

Para fabricar su nido,

Y soy el principio activo,

En las flechas de Cupido.

 

Soy amante de las flores,

La poesía y las sonrisas,

Mi creador ha sido Dios,

Y mi madre es afrodita.

 

 

Soy quien mueve este planeta,

Te lo juro, aunque no creas,

Ciertamente inspiración,

De quien hizo este poema.

 

 

Yo soy puro, soy genuino,

Soy lo opuesto del dolor,

Yo ya sé que adivinaste,

Soy a quien llaman AMOR