Leonardo Demian

De nacer a vivir

Abrir los ojos

Respirar el primer aliento

Desprenderse del interior ajeno y comenzar a crear uno propio

Éramos nosotros mismos, pero por fuera

Era nuestro ser exterior

Percibir la existencia directamente del ser y no a través de la interpretación ajena

Comenzar a crear el ser que camina los caminos

Empezar a necesitar y a amar

Conocer la satisfacción y la saciedad

Ser en el mundo un nuevo libro, en blanco, con hojas de un cierto tamaño y una cierta textura para una historia que se escribirá con una, o varias ciertas tintas

Todo es nuevo, desconocido y antiguo

La luz que fue creada antes de ser vista

El aire que un día echó a andar y nunca se detiene, pero que algún día deja de estar

El llanto que enciende el corazón para empezar a sentir

La sed que se apaga con el primer calor amoroso

El temor de estar en un vacío lleno de todo a nuestro al rededor

Comenzar a extender nuestro ser para alcanzar y aferrarnos de algo

Para sentirnos seguros en un río que no lleva a ningún curso

Hasta que justificamos en logros y objetivos nuestro vagar

Y no sentirnos solos en esa soledad de desconocernos a nosotros mismos

Una soledad que no termina hasta que podemos reconocernos

Que, mientras, vamos paliando con el contacto con otros seres tan solos como uno mismo

Hasta que encontramos en un calor y una voz esa calma

Y la luz y el frío y el sonido y el vacío son detenidos por ese ser que ahora lo explica todo

Y ahora, como un barco en el interminable de lo existente, es nuestra compañía y nuestro faro

Un ser más allá de lo perfecto

Porque ningún origen es más perfecto que el propio

Como ningún destino podría ser el más adecuado