Mirinda

increparé a tu tristeza

Recogeré el silencio del viento,

de los rayos del sol, su vigor,

de la blanca luna. su perseverancia.

Un soplo de vida, un halo de luz, me darán fuerza

Y ahora sí, increparé a tu tristeza

Ella es la que mantiene viva, tú agonía, tú aflicción

Mi corazón remendado piensa darle fin a su poder

ella, que por momentos se hace dueña, y alimenta, turba, encarcela,

al que lastimosamente padeció la imborrable experiencia del dolor.

Sí, el corazón muere cuando los latidos no tienen sentido.

Batallaré contigo, tristeza, cortaré tus alas, acecharé tus sombras

Tú la que se expande, se desplaza, no permite el paso.

 la que construye muros, trabas, para tenerte en su regazo,

no permitiré más, que interfiera a que lo roce con cariño,

Intentaré curar sus heridas, mitigar sus penas…

A ti te enfrento, tristeza, no aceptaré, la oscuridad como telón

Ya no meterás más sombra en sus pupilas.

Ya no dejaras en su mirada vestigios de desilusión.

Deja de arañarle el alma, de encender el desencanto.

Vencí el miedo, me siento fuerte, te increpo, deja libre su alma.

Voy a defender mi amor, de la pena, el dolor, el golpe…

Embriagadora tristeza, te clavo la mirada, esquivando abismos.

Derribo tus muros, voy a arrancarlo de tus garras.

Reciclaré sus sueños, le mostraré un futuro.

Los recuerdos siempre vagan son sentimientos profundos que llevamos en el alma,

ese es único lugarcito que te permitiré.

Ya que sin ese sentir, tampoco sería real…

Pero, aléjate tristeza, hazme un hueco, Por donde pasar luz.

Deja lugar a miradas, a caricias, a sonrisas

que alguna vez provocaron que nos encandilemos

Te reto tristeza, a que nos enfrentemos en tierna lucha,

déjame acercarme, déjame acompañarle,

¡¡! Quiero verle feliz, y va mi vida en ello!!!