RIVAS JOSE

Comandando tu pasión de amor.

Siento los latidos en tu acelerado pecho

mi oído escucha el fuerte respirar del aire extremo

de las profundidades de tu organismo, sin frenos agudos

en parar el vaivén de nuestros cuerpos, sedientos de amor.

 

Me provocas en las delicias de tu campo de batalla

en donde el armamento fatal son tus besos envueltos de cariño

blindados con la coraza del amor, siendo usted

mi dulcinea diestra en las habilidades acérrimas de la pasión más desenfrenada.

 

El calor de tu piel quema mi cuerpo con furor

sintiendo la dulzura en mi lengua que recorre

tu cuerpo inhóspito febril por la pasión envuelta

mediante la fuerza de tus brazos que exhalan señales dulces a mi mente.  

 

Me convierto en el  diestro Alejandro Magno

y  conllevo las estrategias más dulces y brillantes

para ganarme tu eterno amor perpetuo en el alba de nuestras vidas

comandando tus ansias espléndidas de concupiscencia en nuestro lecho blando y azul.

 

RIVAS JOSE